Precariedad en la integración del alumnado vulnerable

En Andalucía hay 1.800 trabajadoras (185 en la provincia de Jaén), el 90% son mujeres que atienden al alumnado con necesidades educativas especiales de los centros educativos públicos, a través de empresas subcontratadas por la Administración.

Desde hace ya 20 años el Personal Técnico de Integración Social (PTIS) padece la externalización y la precarización de sus condiciones de trabajo. Con frecuencia, estos profesionales ven reducidas las horas de atención a sus alumnos y alumnas y son trasladados de un centro a otro, sin miramiento por el volumen de las necesidades, ni la falta de recursos.

La HOAC de Jaén se sumó en 2020 a su petición de dejar de considerar su servicio como complementario para convertirse en un servicio estructural y prioritario. El pasado mes de noviembre, ante una nueva movilización, volvieron a reunirse, esta vez con presencia de la Delegación diocesana de Pastoral del Trabajo y el comité de empresa de una de las contratas que prestan el servicio, Osventos, para conocer sus reivindicaciones y brindarles su apoyo.

Apoyados por muchas de las familias de los centros, el personal de integración se declaró en huelga, a mediados de noviembre. Casi un mes después, volvieron a sus puestos de trabajo, con el compromiso de la Administración y de las empresas subcontratadas de revisar las condiciones de trabajo y cumplir de buena fe el convenio actual.

A menudo, sus salarios no se corresponden con las tablas salariales, no se reconocen los complementos de antigüedad y las nóminas presentan errores graves. Todavía está por ver que, efectivamente, se modifiquen los próximos pliegos de contratación con la Administración para garantizar la estabilidad, asegurar la contratación desde el 1 de septiembre al 30 de junio y se tengan en cuenta los años de dedicación y experiencia.

Discernimiento

El papa Francisco ha proclamado que es necesario que «a la política y a los políticos les duelan los pobres» y también ha insistido en que «las desigualdades sociales, la pobreza familiar por falta de trabajo o trabajo mal pagado son realidades que deben ser escuchadas en nuestros ambientes eclesiales. Son más o menos formas de explotación. Llamemos a las cosas por su nombre».

Actúa y transforma

¿Conoces al personal que realiza servicios no docentes en los centros educativos?

¿Sabes en qué condiciones realizan su trabajo y cómo afecta a su vocación y a la atención que prestan?

¿Cómo puedes contribuir a que se reconozcan sus derechos y se mejoren sus condiciones?

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