Una nueva cultura del trabajo

Un nuevo contrato social y existencial para afrontar el futuro del trabajo. Este es el lema de la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», que estamos desarrollando las diócesis de Segorbe-Castellón, Valencia y Orihuela-Alicante durante el bienio 2020-2021. —Luis Ortega Castillo

Esta dinámica está construida desde cinco ejes:

1º. Sentido de la iniciativa. La HOAC, como comunidad que evangeliza, queremos seguir dando pasos para seguir presentando a Jesucristo como lo mejor que podemos ofrecer para construir una vida humana, digna, con trabajo decente, que sirva al bien común como parte esencial del proceso y desarrollo humano. Lo queremos hacer siendo una comunidad que se encarna en las realidades de empobrecimiento y exclusión que sufre el Mundo Obrero.

2º. Humanizar el trabajo, como única respuesta para que el trabajo sea digno. El futuro del trabajo no solo debe tener respuestas técnicas, debe construirse poniendo a la persona en la centralidad de la vida social. Para ello, queremos llamar la atención sobre la necesidad de humanizar la vida, las relaciones sociales y el respeto a la naturaleza.

3º. El futuro del trabajo no debe obviar el conflicto capital-trabajo. En estos momentos este conflicto es una realidad transversal, que va más allá de las relaciones puramente laborales, convirtiéndose en un problema social que afecta a toda la sociedad. Tenemos que contemplar la precariedad, empobrecimiento y exclusión de millones de trabajadores/as no solo en salarios y derechos laborales, sino también en vivienda, sanidad, cuidados, educación, pensiones…, que configuran su proyecto de vida.

4º. La iniciativa es compartida con personas de nuestro entorno y organizaciones sociales y eclesiales. La reflexión compartida la estamos haciendo desde la metodología que nos caracteriza (ver, juzgar y actuar). No pretendemos elaborar documentos extensos, más bien elaborar una reflexión a través de actos de conciencia, que nos permita llamar la atención principalmente de las instituciones, con propuestas y acciones concretas en cada una de las diócesis y con un gesto público conjunto.

5º. Ámbitos de encuentro: los sectores están siendo el espacio de encuentro para esta reflexión y acción. Cada Sector está desarrollando un aspecto relacionado con el lema propuesto: mujer y pobreza, precarización del sector servicios, nuevas tecnologías, renta básica, políticas públicas…, entre otros.

Con esta iniciativa intentamos aportar nuestro grano de arena a la construcción de una nueva cultura del trabajo, así como llamar la atención de las instituciones para recordarles su función y misión: estar al servicio de la persona y del bien común.

Reflexión: La acción comunitaria en la campaña Trabajo Digno

La campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», adoptada por la HOAC en su XIII Asamblea General quiere ser un medio para avanzar en comunión de vida, bienes y acción con el mundo obrero empobrecido.  —Paco Álamos

Una herramienta que impulse nuestro compromiso comunitario, la colaboración entre las diócesis, con el fin de visibilizar los problemas y buscar soluciones buscando la complicidad de otras organizaciones. Es una gota de agua en el océano, sí, pero hace que sea un poco distinto.

La campaña está integrada en la vida de la diócesis, que planifican, concretan y desarrollan su actividad (charlas, video fórum, mesas redondas, centros de interés…). Contribuye a crear una nueva manera de ser, vivir y actuar en el mundo obrero, porque es mucho más que un gesto, es un proceso de concienciación y acompañamiento que nos abre a otras las personas, incidir en las estructuras, de modo transversal.

Este enfoque trata de ser una respuesta de esperanza, para las víctimas que ya no están solas, para el mundo obrero en general, para los militantes y para nuestra Iglesia. Favorece el diálogo y la colaboración con otras organizaciones sociales, preferentemente los sindicatos, y eclesiales, especialmente con los obispos y la Pastoral Obrera.

La pandemia muestra, más claramente, si cabe, las heridas del mundo obrero y del trabajo, además de trastocar nuestras formas de estar, relacionarnos, acompañarnos y comprometernos. Ha puesto de manifiesto nuestra fragilidad y limitaciones.

Necesitamos más que nunca imaginación y creatividad, transformar nuestros interrogantes: ¿qué hacer ante esto?, en un quehacer comunitario, porque, aun siendo frágiles y limitados, el Reino necesita de nuestras manos para hacerse realidad.

El grano de mostaza y la levadura necesitan de la mano del hombre y de la mujer para llegar a su plenitud, así nosotros hemos de ayudar al crecimiento de nuestros prójimos y que nuestro compromiso comunitario nos eduque y humanice: nuestra mirada, nuestra escucha, nuestro hacer, nuestro sentir…, nuestro ser personas. 

Referencias

Campaña «Trabajo digno, sociedad decente» de la HOAC

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