En pleno verano, cuando el calor abrasa los montes y el riesgo de incendios se multiplica, los bomberos forestales de Jaén y Granada han alzado su voz. Desde agosto, la pastoral del trabajo y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) acompañan su denuncia: la precariedad que viven quienes protegen la vida y la naturaleza.
Su trabajo, que debería ser ejemplo de servicio público y compromiso ambiental, se ha convertido en una lucha diaria contra contratos temporales, falta de medios, bajos salarios y una gestión que amenaza con privatizar lo que es de todos.
En Jaén, además, este octubre se ha denunciado una situación especialmente grave: la provincia se ha quedado sin servicio de prevención y extinción en pleno periodo de alto riesgo, hasta el 1 de noviembre. Una paradoja dolorosa en el territorio con mayor masa forestal de Andalucía, con reservas de la biosfera y cinegéticas que deberían ser orgullo y prioridad.
Los bomberos forestales no piden heroicidad, sino derechos. Reclaman estabilidad, antigüedad, equipos seguros y reconocimiento de enfermedades laborales. Sus reivindicaciones son también una llamada a cuidar la casa común y la dignidad del trabajo.
Discernimiento
«La protección de la casa común es necesaria en un mundo que arde… Nuestra misión es custodiar la creación, escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres, porque ese grito ha llegado al corazón de Dios» (Laudato si’, papa Francisco).
Cuidar a quienes cuidan la creación es un deber ético y cristiano. No hay justicia ecológica sin justicia laboral.
Actúa y transforma
¿Sabes quiénes protegen los montes de tu provincia?
¿Conoces las condiciones en que trabajan?
Infórmate, apoya sus reivindicaciones y difunde su situación. Porque defender el trabajo digno de los bomberos forestales es defender la vida, la justicia y el futuro de todas y todos.
Llévatelo y comparte
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Militante de la HOAC de Jaén
