Las «Trobades HOAC» son un espacio promovido por la diócesis de Segorbe-Castellón para crear conciencia y sensibilizar sobre distintas realidades del mundo obrero que preocupan a personas de nuestro entorno.
«Con ese partido semanal como que cargas baterías y eso alcanza para el resto de la semana. Es como la misa de los domingos… para que me entiendan», contó Fernando, recién llegado de Argentina, en la última «trobada» sobre trabajadores inmigrantes en la parroquia del Grao de Castellón.
Bárbara, que había recibido la invitación a intervenir de la mano de Ana, del equipo parroquial de acogida de Cáritas, no pudo asistir, a pesar de que ya se habían entrevistado para prepararlo. Albert, el sacerdote de la parroquia donde se celebraba la actividad, tiró de banquillo y pudo reclutar a Fernando. La alineación se completó con Yinder, asilado venezolano, Juan Crisóstomo, secretario diocesano de Migraciones, y un miembro de la HOAC.
Antes del partido, el calentamiento: una nota motivadora preparada por la comisión diocesana al hilo del tema. El acicate para sudar la camiseta difundiendo la convocatoria. Pero la jugada no acaba ahí.
Esta vez la presencialidad permitió prolongar la actividad, entregar un detalle a los participantes en la mesa, dialogar algo más, intercambiarnos información, un teléfono… compartir unas pastas y un moscatel, detalle de la acogida por parte de Marisa y Mª José, de la afición de la parroquia de San Pedro.
Por este espacio ha pasado mucha vida. Nicolás nos contó el grave accidente laboral de su hijo, Concha explicó cómo es trabajar en los almacenes de naranja, Lluís habló de la precariedad en torno a esta fruta, Francisco relató la vida de un vendedor ambulante en los mercadillos, Helena recopiló la lucha por dignificar el trabajo doméstico, Susana e Isabel compartieron la situación de las contratas públicas de la limpieza y comprobamos el drama de que una empresa con 154 personas eche el cierre.
Parte de la fuerza de la iniciativa reside en la experiencia de personas que se abren, comparten y visibilizan las realidades sociales y laborales que están viviendo. De algún modo, entran a formar parte de nuestras vidas, los reconocemos, los valoramos y, partido a partido, van moldeando nuestra visión y nuestro juicio.
Lo más importante de todo es el encuentro con personas que sufren la precariedad, pueden ser escuchadas, acogidas, valoradas, acompañadas… Los bienes de este mundo son para todas las personas y no únicamente para quienes hemos nacido en un lugar. La casa común ha de ser de todos, para todos, de ahí el empeño en cuidarla.
Discernimiento
«La vida subsiste donde hay vínculos, comunión, fraternidad». «Cada día nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva… Gozamos de un espacio de corresponsabilidad de iniciar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa… Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna» (Francisco, Fratelli tutti, 87 y 77).
Actúa y transforma
¿Qué podemos hacer para conocer mejor y vincularnos con la realidad de los trabajadores y trabajadoras precarios, vulnerables…? ¿Cómo podemos caminar juntos para transformar la realidad?
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Militante de la HOAC de Segorbe-Castellón