Hija de padres hoacistas, Esperanza Aritio ha estado vinculada al movimiento desde la cuna.
Cuando sus padres le contaron que se iba a poner en marcha un nuevo grupo de iniciación en Logroño, no lo dudó. «Tampoco yo sé por qué no lo he hecho antes, porque la HOAC es una parte muy importante de mí, siempre la he visto y vivido de cerca y solo he visto cosas buenas y las malas que aprendes a ver y por las que hay que seguir luchando».
Estudió un grado medio de auxiliar de Enfermería y nada más finalizar su formación, empezó a trabajar en la residencia para personas mayores en la que lleva ya 15 años, 14 como delegada sindical: «Ser representante de mis compañeros y compañeras es una labor muy importante que, para mí, significa estar al pie del cañón». Cuando le ofrecieron la posibilidad, solo un año después de haber empezado a trabajar allí, valoró en casa, con sus padres, las ventajas e inconvenientes y decidió dar el paso. Pero nunca sola: «Me gusta estar en la lucha obrera acompañada por Dios».
En su camino de iniciación en la HOAC ha vuelto a reencontrarse con su madrina, Maribel Zaldíbar, que ahora acompaña al grupo hasta que dé el paso definitivo. «Le digo a Dios que es una suerte que me la haya vuelto a poner en el camino, ahora como “madrina” en la iniciación a la HOAC».
¿Y el equipo, Esperanza? «Es una maravilla. Hay un cura y una monja “normales”, comprometidos». Y es que, aunque casi «ha nacido en la HOAC», este proceso en la iniciación le está ayudando a crecer en su compromiso: «Ahora me apetece más todo: aprender más, saber más, rezar más…».
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Responsable de Comunicación de Cáritas Valencia