Comunidad, fuerza, viento, fuego, ruido, admiración, lenguaje universal e inteligible, inclusión, ruptura de fronteras, valentía, todo eso y mucho más es Pentecostés. Todo eso y mucho más es ser militante cristiano.
«Al llegar el día de Pentecostés estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego…. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo… Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron todos estupefactos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos atónitos y admirados, decían: ¿No son galileos los que hablan? Entonces ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua materna?…» (Hechos 2, 1-13).
«Esta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con lenguas como espadas delante de los jueces».
(Himno litúrgico de Pentecostés).
El Espíritu constituye al grupo de discípulos y nos constituye a nosotros en testigos ante todos los pueblos. Con él se acaban todo tipo de barreras y fronteras. «Todos juntos». El grupo recibe al Espíritu e inmediatamente se convierten en misioneros que anuncian sin miedo su presencia. Lo hacen sin exclusiones ni restricciones de ningún tipo hasta tal punto que sintonizan todos en la «la propia y universal lengua». Con intuición y claridad lo expone el relato.
«Después de Pentecostés, los bautizados conscientes son el testimonio permanente en la historia del triunfo de Jesús y proclaman incesantemente que la muerte es la vida y que la vida es la muerte» (Rovirosa, Obras completas, Tomo I, 487).
¡Ven, Espíritu, llénanos de tu fuego para que podamos ser tus apóstoles y testigos «en las plazas y en el pueblo»!
Llévatelo y comparte
Esta sección también la tienes en documento pdf e imagen png para que la puedas descargar, imprimir, compartir…
Consiliario de la HOAC de Andalucía
Colaborador del ¡Tú!